Errores que no debes cometer en el proceso de sanación del ombligo del bebe

 

Cuidar a un recién nacido puede convertirse en un reto cuando no tenemos experiencia. Ante la delicadeza del bebé, podemos cometer errores de muchas maneras, por ejemplo, en la cura del ombligo. Curar el ombligo es una tarea que solo se realiza una vez, después que haya sanado, no tendremos que volver a hacerlo hasta que tengamos otro recién nacido.

 

La mayoría de las madres adquieren su experiencia en este tipo de curas con su propio bebé. Sin embargo, se cree que es algo que nunca hacen solas; es decir, siempre se recibe indicaciones de alguien con más conocimiento.

 

Evita el uso de algodón

 No obstante, el algodón no se recomienda en estos casos porque este puede dejar fibras que pueden causar infección. Lo ideal para realizar este trabajo son las gasas estériles; son suaves, seguras y no liberan residuos.

 

Mantenlo destapado

El ombligo sanará mejor destapado, porque algún artículo de tela puede atraer alérgenos y humedad. Tampoco se recomiendan las fajas porque podrían ser molestas para el bebé o causar presión que le impida respirar bien.

 

No dejes gasas húmedas

La vía principal para que el ombligo del bebé sane completamente, es que este permanezca seco. Por lo tanto, se debe evitar que la humedad se mantenga en él.

 

Realiza varias curas al día

Para obtener mejores resultados, es recomendable curar el ombligo por lo menos tres veces al día. Por lo general, realizamos la cura después del baño del bebé y lo dejamos así hasta el día siguiente. 

 

 

 

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