Placenta previa y desprendimiento
Las anomalías en la placenta son causa común de parto prematuro y, en no pocas ocasiones, de cesárea. La placenta previa consiste en una mala colocación de este órgano, fundamental para el desarrollo del bebé, en la parte baja del útero, lo que puede impedir el parto vaginal.
El desprendimiento prematuro de placenta es otra complicación grave del embarazo, que suele acabar en un alumbramiento antes de tiempo por falta de oxigenación del feto. Por ello, la embarazada debe seguir un estrecho control ginecológico y estar atenta a los síntomas de alarma que envía su cuerpo como, por ejemplo, sangrados abundantes o dolor abdominal intenso.
Señales y signos de placenta previa
En el caso de la placenta previa, el canal del parto puede estar cubierto parcial o totalmente por la misma. También la placenta puede estar muy cerca del cuello del útero, pero sin llegar a taponarlo de ningún modo: sólo en este caso es posible intentar el parto por vía vaginal cuando el bebé complete su desarrollo, en la fecha de parto prevista.
En el peor de los casos puede ocurrir el desprendimiento de la placenta, una fuerte hemorragia y dolor abdominal agudo suelen dar la voz de alarma sobre esta complicación, que se convierte en una urgencia médica de primer orden.
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